sábado, 26 de marzo de 2016

Creer para ver, Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor

P. Chava, SVD
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor
Hechos de los Apóstoles 10,34a.37-43; Salmo 117; Colosenses 3,1-4; Juan 20,1-9
Domingo, 27 de marzo de 2016

Creer para ver, es el proceso para comprender el misterio de Dios en nuestras vidas. Pues aunque la gran mayoría de los creyentes no son testigos oculares de lo que sucedió hace casi dos mil años con Jesús, sabemos que padeció, murió y resucito de entre los muertos; el kerigma se convirtió en la motivación principal de la expansión de la Iglesia por el mundo entero.

En Hechos de los Apóstoles, es Pedro, el porta voz de la tradición, porque él hace memoria de los acontecimientos ocurridos en el pueblo de Israel con Jesús de Nazaret.  Pues la muerte de Jesús en la cruz lejos de convertirse en una derrota se convierte en una victoria sobre el pecado; pues con su muerte nos limpio de nuestros pecados; confesar la fe en Jesús nos da vida eterna, y nos une a una nueva nación que se llama pueblo de Dios, es decir, la instauración del Reino de Dios en nuestra realidad, pues es Dios quien gobierna al donarse así mismo. Dios tiene autoridad sobre vivos y muertos y es tal autoridad porque tiene el poder de resucitar a Jesús de entre los muertos, por ende, tiene poder para dar la vida a todos los que confiamos en los designios de Dios. Por eso los nuevos cristianos pueden cantar el salmo 117: “Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo”.
 
P. Chava, SVD

San Pablo en la carta a los colosenses exhorta a los nuevos cristianos a fijar su mirada y sus aspiraciones a los bienes de la eternidad, es decir,  llegar a estar con Dios allá arriba en la casa del Padre y no concentrarse demasiado en los bienes que el mundo nos ofrece; que nos intensa seducir por su valores: "económicos, de poder o  de placer". Porque en Cristo morimos y en Él resucitaremos, por eso nuestra vida tiene que tener ese deseo de estar siempre unidos a Jesús. Tanto en nuestra vida terrenal como en la vida posterior a la muerte corporal.
  
En el evangelio de san Juan, nos narra la resurrección de Jesús con "la ausencia del cuerpo", significando que Jesús ya no está en el sepulcro, no porque se hayan robado el cuerpo, sino para  que comprendamos que tenía que ser así, Jesús al tercer día tenía que resucitar, por eso el discípulo Juan: "vio y creyó"; Pedro creyó y los demás cristianos creemos en las profecías y en su cumplimento. Suena contradictorio, pero, es así, "como funciona la fe:" no necesitamos ver para creer, sino necesitamos creer para ver: “ver que Dios actúa en nuestras vidas sin que nos demos cuenta”; “que Dios siempre ha estado ahí y aunque no Lo veamos”, es real, Dios obra en el ser humano.  



P. Chava, SVD
En un mundo donde los sentidos se convierten en los jueces de la realidad, es decir, tengo que experimentar y comprobar los acontecimientos de lo contrario; lo que no veo, lo que no siento, lo que no verifico: “no existe o es cuestionado sin más“. Por eso surgen los ateos, los agnósticos y muchas otras clases de ritos que quieren suplantar la religión y la fe. Es aquí donde el cristiano cobra protagonismo, pues se convierte en el testigo vital de la fe en Dios, pues con su propia vida dirá: quién es Jesús, cuál fue su historia y su trascendencia en la humanidad. Sin duda hoy a nivel mundial hay millones de cristianos que dan fe de la resurrección de Jesús, y como con su pasión, muerte y resurrección cambio nuestras vidas para siempre, pues nos salvo del pecado para llevarnos a la casa del Padre, no sin antes invitarnos amar e instaurar el reino de Dios en la tierra, en nuestro mundo.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España. 






miércoles, 23 de marzo de 2016

Jueves Santo, Ciclo C

P. Chava, SVD
Jueves Santo, Ciclo C
Éxodo 12.1-8.11-14; Salmo 115; 1 Corintios 11,23-26; Juan 13,1-15
Jueves, 24 de marzo de 2016



“Sacerdote para siempre quiero ser”, es la letra de un canto de Jesed que me encanta escuchar. Estando Jesús en Jerusalén se reunió con sus discípulos para celebrar la Pascua. Ahí renovó la alianza de Dios con su pueblo, al hacer un nuevo sacrificio; el más puro y el más perfecto; es Jesús mismo quien se ofrece así mismo para darnos vida eterna, y desde entonces los cristianos celebramos este memorial como el sacramento que nos da vida eterna.


En el libro de Éxodo Moisés y Arón  preparan la noche de su liberación y lo hacen con un rito de comunión familiar, con signos que debe de perdurar de generación en generación. El salmo 115 hará una referencia del signo del cordero sacrificado ahora con la sangre de nuestro redentor Jesús: “El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo”.


P. Chava, SVD
En la lectura de san Pablo a los Corintios, nos habla de la nueva alianza de Jesús con el pueblo de Dios; nos habla del memorial que hizo Jesús en la última cena cuando se juntaron para celebraron la Pascua. En esa cena Jesús consagra el pan y el vino para que se conviertan en su cuerpo y en su sangre; como hoy le conócenos: "es el sacramento de la eucarística",  y desde entonces en las misas celebramos este sacramento; fuente del amor de Jesús para con su pueblo, pues en cada celebración renovamos la nueva alianza y nos alimentamos del mismo Jesús.


En el evangelio de Juan, nos trae a la memoria, los acontecimientos sucedidos aproximados unos 2000 años atrás. Jesús con humildad da una lección de vida a sus discípulos y a todos los creyentes, que siendo Jesús el Señor se puso a servir a los suyos, ese es el sentido de la fe: en todo amar y servir.


El gesto de servir y lavar los pies de sus discípulos, Jesús destina a la Iglesia y a todos los que la conformamos a la misma, a asumir nuestra vocación y es la de servir con humildad a nuestros hermanos, a dedicar nuestras vida a ayudar a nuestro prójimo. El sacramento de la eucarística nos alimenta y nos invita a estar unidos en Cristo. Jesús instituye el sacerdocio como sacramento para poder hacer el gran milagro que vivimos en cada eucarístia: “la transustanciación”, ya no es pan, ya no es vino, es el cuerpo y la sangre de Cristo presente en la misa porque así lo quiso Jesús. Y los curas son los siervos que tienen la gracia de Dios (por el Espíritu Santo fueron consagrados y reciben de Dios esta gracia inestimable) para poder hacer posible esta realidad.


P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España. 


viernes, 18 de marzo de 2016

Jesús me salvo, Domingo de la Pasión- Ciclo C

P. Chava, SVD
Domingo de la Pasión- Ciclo C
Isaías 50,4-17; Salmo 21,2a.8-9.17-18a.19-20.23-24; Filipenses 2,6-11; Lucas 22,14–23,56
Domingo, 20 de marzo de 2016

Jesús me salvo. El chivo expiatorio es el ser sacrificado por el bien común, para purificar los pecados o culpas del pueblo o de un grupo de personas. Consiste en cambiar una vida por muchas, en sacrificar al inocente por el pecador. Eso fue lo que hozo Jesús por la humanidad, el dio su vida para salvarnos de nuestros pecados.

En el libro de Isaías, habla de la vocación que el profeta tiene para con su pueblo por orden de Dios: y es la de consolar y fortalecer al pueblo en tiempos de la esclavitud. En este pasaje nos narra la fortaleza espiritual y la fe, que tiene el siervo sufriente del Señor ante la opresión y humillación que recibe. Pero el siervo no se inmuta, pues es Dios quien lo fortalece en la desgracia, es Dios quien lo consuela y rescatará de en medio de tanto dolor. El pueblo de Israel en la calamidad recitará: el salmo 21 “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.

En la carta a los Filipenses, se resalta las dos naturalezas de Jesús: la humana y la divina, pero Jesús siendo el Hijo de Dios se hizo uno como nosotros, un hombre lleno de fragilidades mostrando su condición humana; Jesús al asumir nuestra naturaleza nos une a Él, por eso con su muerte morimos y con su resurrección resucitamos, pues obedeciendo al Padre es como nos salvo, dando su vida por nosotros, nos rescato de la esclavitud del pecado, para devolvernos la dignidad de ser hijos de Dios.

P. Chava, SVD
En el evangelio según san Lucas, recordamos la pasión de Jesús: el jueves por la noche es detenido y acusado de alta traición, pasando por un juicio oral, fue condenado a muerte, por injurias y mentiras de sus acusadores movidos por la envidia y el odio hacia Jesús. A Jesús sólo le queda asumir la tortura y carga con la cruz, hasta su suplicio en el lugar donde morirá para remisión de nuestros pecados. Es ahí donde pueblo realmente descubren que en verdad Jesús es hijo de Dios. Todos lloran su muerte hasta la naturaleza resiente la muerte de su Señor.

A largo de nuestra historia nos encontraremos a muchos inocentes que mueren por culpa de sus verdugos; experimentaremos la maldad hecha carne. Jesús lo hizo, muchos mártires, y luchadores por la paz y la justicia mueren a diariamente a manos del poder económico, político y religioso, con la escusa de mantener estatus y normas que los mantienen en su poder. Poro el inocente y el débil no debe tener miedo, pues cuenta con Dios para hacer un contrapeso, y de este modo traer la esperanza de que no todos son malos, que hay muchos que son justos y buenos, y que por ellos hay que luchar para mantener la vida del ser humano por encima de  los valores económicos o de cualquier otro poder, que intenta acabar con el ser humano y sus derechos a la vida.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España. 


sábado, 12 de marzo de 2016

Dios ten piedad, 5º Cuaresma, Ciclo C

P. Chava, SVD
5º Cuaresma, Ciclo C
Isaías 43,16-21; Salmo 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6; Filipenses 3,8-14; Juan 8,1-11
Domingo, 13 de marzo de 2016

Dios ten piedad, Señor ten piedad, Cristo ten piedad. En la infinita misericordia de Dios está el deseo inestimable de Dios para salvar a todos sus hijos e hijas de las injusticias que muchos hombres y mujeres promueven para esclavizar, abuzar y aniquilar al mismo hombre movidos por el poder, el dinero y el odio.

En el libro de Isaías,  nuevamente el pueblo de Israel implora la piedad a Dios para que los libere con su brazo fuerte y los saque de la esclavitud que sufren en Babilonia. Su fe se hará realidad y Dios los liberará para que regresen a la tierra prometida; por eso el pueblo confiando en la misericordia de Dios catará el salmo 125: “El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres”.

En la carta a los filipenses san Pablo da gloria a Dios por conocer a Jesús, porque la vida y la obra del Señor, aumento su fe en Dios y con ello el deseo de la justicia. Pues la vida del creyente cobra sentido cuando está encaminada a encontrarse con Jesús. Yo no importa el pasado sino el presente y el futuro cuando la meta es llegar a Dios por medio de Jesús.

P. Chava, SVD
En el evangelio es puesto a prueba Jesús para poner la justicia de Dios en medio del pueblo: pues en una sociedad donde cada palabra, cada gesto esta medido en causa y efecto; donde hay premio y castigo, para quien cumpla o desobedezca la ley de los hombres y los cánones religiosos. Pero es ahí donde el veredicto de Jesús es claro: no condenes para no ser condenados; perdonemos para ser perdonados; ama para ser amado. La mujer fue rescatada de las malas intenciones de los hombres y sus leyes para condenarla y después matarla; la mujer nada más tuvo que creer en Jesús y su justicia: “irse y no volver a pecar”. Dios ha hecho justicia con la humanidad, pues no vino a condenarla sino a salvarla de su autodestrucción.

Señor en un mundo tan violento, donde la tiranía, las injusticias son tan frecuentes y muchas de ellas justificadas por el mismo hombre con sus decretos, normas culturales, tradiciones y uso costumbres. Señor el mal avanza cuando dejamos que así sea, cuando otros valores se ponen por encima de la dignidad del ser humano y su propia vida; por eso te imploramos: Ven Señor Jesús entra en nuestros corazones y en nuestras mentes para controlar nuestros sentimientos y nuestras ideas, para que no se perviertan por el camino de la vida. Señor danos más fe, danos más amor y misericordia para usarla con nuestro prójimo.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España. 





viernes, 4 de marzo de 2016

Dios es amor, 4º de Cuaresma – Ciclo C

P. Chava, SVD
4º de Cuaresma – Ciclo C
Josué 5,9a.10-12; Salmo 33,2-3.4-5.6-7; 2 Coríntios 5,17-21; Lucas 15, 1-3.11-32
Domingo, 6 de marzo de 2016

Dios es amor, es misericordioso, es Padre. La creación tiene su origen en Dios, el hombre y la mujer es imagen de nuestro Padre Dios, que con su palabra todo fue hecho por amor.

En el libro de Josué, narra la promesa cumplida del Señor, después de liberar al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto ahora goza de los frutos de la tierra, y celebran desde entonces la Pascua, para recordar las hazañas del Señor para con su pueblo. Por eso el pueblo cantará con alegría el Salmo 33: “Gustad y ved qué bueno es el Señor”.

En la lectura de San Pablo a los Corintios, Jesús se hace el ministro de nuestro  perdón pues con su muerte nos resucita, con su entrega nos une a él para siempre; ante Dios somos justificados y perdonados. Por eso el perdón de los pecados que instaurado por Cristo, para purificar a la humanidad de sus males.

P. Chava, SVD
En el evangelio de Lucas, escuchamos la parábola del hijo prodigo, Jesús narra la misericordia de Dios comparando el amor de un padre por su dos hijos. La narración tiene su climax al final del relato cuando vemos que el padre se alegra de ver a su hijo de regreso; perdona a su hijo menor después de que este se desapareció por mucho tiempo a tal grado de pensar que se había perdido o muerto; por otro lado el hijo mayor fiel al padre se comporta con envidia y con rencor a su hermano menor, porque se enteró que se mal gasto la herencia de su padre, y ahora que viene el padre le hace un fiesta, y en cambio a él nunca le han dado nada por su fidelidad. Dios ama todos sus hijos, pero se alegra aun más por los hijos arrepentidos que vuelven a la casa del Padre.

Dios nuestro Padre muestra que se preocupa por su creación y en especial por todos sus hijos, por eso desea que el mismo hombre no se destruya así mismo y que no acabe con la casa –la tierra- que Él hizo; Dios es siempre el Padre que nos espera con los brazos abiertos para mostrarnos cuanto nos ama, y espera lo mismo que amemos a los demás sin condiciones.  
P. Chava, SVD
 
 


P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España.